En un experimento realizado en el Centro de Estudios Nucleares la Reina, un equipo del Instituto Milenio Saphir sometió dos tarjetas electrónicas a una dosis de radiación equivalente a la que recibirían tras 10 años funcionando en el experimento Atlas del Gran Colisionador de Hadrones. Esta prueba permitirá determinar, entre otros asuntos, si la electrónica diseñada para Atlas en Saphir será capaz de soportar una década de experimentos.

Un equipo del Instituto Milenio Saphir visitó en enero el Centro de Estudios Nucleares La Reina de la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) para desarrollar, en forma conjunta con investigadores del Centro de Física Nuclear y Espectroscopía de Neutrones (Cefnen), una prueba de irradiación de dos tarjetas electrónicas idénticas a las que usarán en el experimento Atlas del Gran Colisionador de Hadrones (LHC). Las tarjetas fueron sometidas a una dosis de radiación equivalente al que recibirían tras 10 años en el experimento Atlas.

El objetivo de esta prueba es estudiar cuánto afecta a estas tarjetas la exposición a estas dosis de radiación, especialmente en lo que se refiere a la tasa de fallos y al consumo eléctrico. Esto permitirá establecer cuál es la tasa de fallos aceptable luego de una década de exposición a rayos gamma y radiación de neutrones en el experimento Atlas.

Las tarjetas probadas son dos prototipos para el proyecto Charge Monitoring System de Atlas. La prueba comenzó en el Laboratorio de Irradiadores del Centro Nuclear de La Reina, donde las tarjetas fueron sometidas a 330 Gy de irradiación gamma. Posteriormente, se realizaron pruebas de electrónica en el Laboratorio de Investigaciones Nucleares del Cefnen. «Las pruebas finales las haremos en el CERN», dice Orlando Soto, «sin embargo, es muy útil poder realizar pruebas preliminares en Chile para prepararnos».

Las tarjetas probadas son dos prototipos para el proyecto Charge Monitoring System de Atlas. La prueba comenzó en el Laboratorio de Irradiadores del Centro Nuclear de La Reina, donde las tarjetas fueron sometidas a 330 Gy de irradiación gamma. Posteriormente, se realizaron pruebas de electrónica en el Laboratorio de Investigaciones Nucleares del Cefnen. «Las pruebas finales las haremos en el CERN», dice Orlando Soto, «sin embargo, es muy útil poder realizar pruebas preliminares en Chile para prepararnos».

El equipo de Saphir estuvo integrado por Orlando Soto, investigador joven del Instituto Milenio Saphir y académico de la Universidad de La Serena, junto a Vicente Agosín (ingeniero de la Universidad de La Serena), Víctor Arredondo (ingeniero del Instituto Milenio Saphir) y Agustín Campeny (estudiante de magíster de la Pontificia Universidad Católica de Chile). También participaron Francisco Molina (director del Cefnen), Marcelo Zambra (investigador de la CCHEN), Jorge Gamarra y Manuel Escudero (ambos del Departamento Servicios de Caracterización e Irradiaciones de la CCHEN), Bryan Ruz (del Departamento de Ingeniería y Sistemas de la CCHEN) y Pamela Rebolledo (del Departamento Gestión de la Investigación de la CCHEN).

El equipo de Saphir estuvo integrado por Orlando Soto, investigador joven del Instituto Milenio Saphir y académico de la Universidad de La Serena, junto a Vicente Agosín (ingeniero de la Universidad de La Serena), Víctor Arredondo (ingeniero del Instituto Milenio Saphir) y Agustín Campeny (estudiante de magíster de la Pontificia Universidad Católica de Chile). También participaron Francisco Molina (director del Cefnen), Marcelo Zambra (investigador de la CCHEN), Jorge Gamarra y Manuel Escudero (ambos del Departamento Servicios de Caracterización e Irradiaciones de la CCHEN), Bryan Ruz (del Departamento de Ingeniería y Sistemas de la CCHEN) y Pamela Rebolledo (del Departamento Gestión de la Investigación de la CCHEN).

Atlas es el más grande de los siete experimentos del LHC, ubicado en el CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear), en la frontera entre Suiza y Francia.  Atlas es uno de los artefactos científicos más complejos jamás creados por el ser humano: tiene 44 metros de largo y 22 de diámetro, y pesa unas 7.000 toneladas. Es decir, es casi tan largo como dos canchas de tenis, tiene la altura de un edificio de ocho pisos y es más pesado que tres transbordadores espaciales como el Atlantis al momento del despegue (con sus boosters y el estanque de combustible llenos). Su creación, uso y mejoras involucra 232 instituciones de 38 países y uno de ellos es Chile.